Aquí encontraras material y documentos indispensables, que toda educadora de párvulos debe tener TODO PARA DESCARGAR E IMPRIMIR.
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martes, 19 de junio de 2012
lunes, 26 de marzo de 2012
La importancia de tener grupos heterogéneos en ed. parvularia
El trabajo con la estrategia heterogénea puede presentar serias dificultades, sin embargo, existen evidencias de que son muchos los beneficios que esta trae para el desarrollo integral de las niñas y los niños y para la población docente que la pone en práctica. En un grupo heterogéneo es normal que las niñas y los niños con aprendizajes más avanzados ayuden y expliquen nuevos conceptos a los de menor edad, quienes -sin dudase ven favorecidos, esto nos lleva a la idea de aprendizaje asistido propuesto por Vigotsky, el cual se da a partir de interacciones con personas más conocedoras que brindan el apoyo requerido para lograr nuevas habilidades y conocimientos, este apoyo es conocido comoandamiaje (Papalia, Wendkos y Duskin, 2001).
El concepto de andamiaje resulta de gran validez en la Estrategia de Grupos
Heterogéneos, pues el apoyo que reciben las niñas y los niños de menor edad les da la oportunidad de adquirir nuevos conocimientos y habilidades en las diferentes áreas que los harán pasar a un nivel superior de desarrollo; del mismo modo, los más avanzados tendrán la posibilidad de reafirmar sus conocimientos y su autoestima al saberse útiles para los demás. Además, las niñas y los niños mayores demuestran mayor capacidad de liderazgo y manifiestan actitudes de sensibilidad y cooperación.
Del mismo modo, según Katz (2005), las niñas y los niños de mayor edad logran controlar y mejorar su conducta cuando son estimulados para que ayuden a los más pequeños a cumplir las reglas de la clase. También, las niñas y los niños menos maduros socialmente del grupo se ven beneficiados con esta estrategia, pues a menudo son más aceptados por los más pequeños en el grupo de diferentes edades que por sus pares. Por otra parte, las niñas y los niños menores, al ser ayudados por los de mayor edad, logran aprender modelos positivos de conductas sociales caracterizados por la cooperación, la solidaridad y la empatía que, posiblemente, pondrán en práctica cuando ellos sean los mayores.
En cuanto a la labor docente, Sundell (1993) menciona que este tipo de agrupación tiende a influir negativamente en la manera de enseñar de la maestra o maestro; destaca que en grupos donde hay gran brecha de edad entre los niños más pequeños y los mayores, hay pocas actividades dirigidas. Según el mismo autor, esto puede provocar que las niñas y
los niños cuenten con menos competencia cognitiva.
Los primeros seis años de vida son vitales para el desarrollo de la persona y por este motivo, los estímulos que reciba del medio van a garantizar la potencialización o no de dichas capacidades, de manera que es necesaria una intervención adecuada durante estos años, que idealmente debe desarrollarse desde una visión holística partiendo de las características y necesidades individuales de la persona.
Con respecto a las ventajas y limitaciones que diferentes autores señalan propias de este tipo de estrategia, el equipo investigador adopta una posición que apoya la idea de que los beneficios obtenidos del trabajo con grupos heterogéneos se ven reflejados en todas las áreas del desarrollo y son diferentes de los que se obtienen con una agrupación homogénea.
En el área socioafectiva, las niñas y los niños tienen la posibilidad de interactuar con otros que, al ser mayores o menores que ellos, les darán la oportunidad de aprender e incluso enseñar y desarrollar valores de respeto, cooperación, empatía y afectividad. No obstante, se considera que el progreso en las otras áreas del desarrollo se logrará de acuerdo con el abordaje que le dé el equipo docente a la práctica pedagógica con una agrupación heterogénea.
Revista Electrónica “Actualidades Investigativas en Educación”
Niveles heterogéneos en ed. parvularia
Grupo Heterogéneo
En términos generales, se entiende por heterogeneidad “un conjunto compuesto por elementos de distinto carácter, cualidad o procedencia” (1983). Diccionario de Ciencias de la Educación
En Educación Parvularia, cuando nos referimos a heterogeneidad, estamos haciendo alusión a incluir en un mismo grupo a niños y niñas de diferentes edades cronológicas, con características, necesidades, habilidades y potencialidades diferentes, con el propósito de favorecer el aprendizaje
cooperativo entre ellos, a través de las interacciones sociales que se dan dentro del grupo, lo cual enriquece la diversidad de experiencias que cada uno posee, propiciando y respetando las diversidades personales.
La diversidad en las aulas es, de todas las difi cultades, quizá la mayor que encuentran maestros y profesores en su trabajo diario. Cómo organizar una clase en la que hay niños de diferentes culturas, edades, capacidades físicas e intelectuales, no es tarea sencilla.
Muchas veces los niños y niñas quedan expuestos al desconocimiento de su diversidad por parte de su entorno educativo, puesto que la tendencia común es a homogeneizar o asimilar habilidades mediante conceptos y contenidos igualitarios para todos, perdiéndose de esta forma la
individualidad cultural.
“Difícilmente se puede aprender a respetar las diferencias, si no se convive con ellas; si las diferencias de cualquier tipo se obvian y se excluyen”
Por otra parte, la convención sobre los Derechos de la Infancia de 1989, en vigencia en Chile desde 1990, señala en su artículo 2.1: “Los Estados Partes respetarán los derechos enunciados en la presente Convención y asegurarán su aplicación a cada niño y niña sujeto a su jurisdicción, sin distinción alguna, independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión
política o de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra condición del niño, de sus padres o de sus representantes legales”. De ello se desprende que todo niño y niña tiene derecho a una educación (artículo 29.1),
independiente de la cultura a la que pertenezca.
La Atención de la Diversidad en la Educación Parvularia. Un estudio de caso. Seminario de Título, Departamento de Educación
Parvularia, (UMCE 2004) .
lunes, 13 de febrero de 2012
CONSEJOS PARA EL PERIODO DE ADAPTACIÓN
El primer día de sala cuna: un evento en la vida del bebé de 3 a 24 meses
La
adaptación de un bebé de 3 a 24 meses a una sala cuna o guardería depende más de la actitud del personal
docente y de los cuidadores que del propio bebé. A esta edad, los bebés no
saben todavía a qué van a la escuela, pero el personal del centro infantil debe
estar preparado para recibirlo. Además, este trabajo de preparación y adaptación debe ser compartido con los padres del bebé.
Actitudes
de las educadoras de párvulos
La
disposición de los educadores infantiles durante los
primeros días es esencial para que el
bebé se sienta a gusto y bien recibido. Así, su adaptación a la escuela infantil será más fácil.
bebé se sienta a gusto y bien recibido. Así, su adaptación a la escuela infantil será más fácil.
- Al
encontrarse con el bebé, los
educadores deben aproximarse al bebé mostrando respeto y afecto,
sin ansiedad ni agobio.
- Conocimiento del nombre del niño con anterioridad a su llegada a la escuela.
- Creación de un clima de seguridad afectiva individual y colectiva.
- Control de las situaciones. Los educadores deben mantener la tranquilidad ante manifestaciones de inadaptación del niño (rabietas, llantos, inapetencias), pero sin abandono.
- Atención individualizada, aunque no exclusiva, sobre todo, en los momentos cotidianos de llegadas, despedidas o comidas. Deben entenderse como momentos de gran importancia para la relación individual-afectiva con el niño. Para ello, es importante evitar prisas, agobios y nervios.
- Conocimiento de la personalidad del niño a través de una entrevista a los padres, de la observación del niño y de sus reacciones ante situaciones cotidianas en la escuela.
- Conocimiento del nombre del niño con anterioridad a su llegada a la escuela.
- Creación de un clima de seguridad afectiva individual y colectiva.
- Control de las situaciones. Los educadores deben mantener la tranquilidad ante manifestaciones de inadaptación del niño (rabietas, llantos, inapetencias), pero sin abandono.
- Atención individualizada, aunque no exclusiva, sobre todo, en los momentos cotidianos de llegadas, despedidas o comidas. Deben entenderse como momentos de gran importancia para la relación individual-afectiva con el niño. Para ello, es importante evitar prisas, agobios y nervios.
- Conocimiento de la personalidad del niño a través de una entrevista a los padres, de la observación del niño y de sus reacciones ante situaciones cotidianas en la escuela.
Adaptación
del bebé al nuevo espacio
Conviene
presentar y familiarizar al bebé con el área de la escuela. Saber dónde se
encuentra y cómo es el lugar donde va a pasar buena parte del día, le ofrece confianza y seguridad.
-
Conocimiento de la clase como
lugar en el que va a desarrollar su actividad diaria. El conocimiento del
espacio le da seguridad, manteniendo los mismos puntos de referencia espaciales
y temporales. A nivel de espacio: lugar de jugar, comer, dormir, cambiar el pañal, etc. A nivel de tiempo: mantener los
horarios de comida, siesta,
cambios de pañal, etc.
- Conocimiento del comedor.
- Control del exterior. Introducción, poco a poco, del espacio del patio para los juegos y las actividades recreativas.
- Conocimiento del comedor.
- Control del exterior. Introducción, poco a poco, del espacio del patio para los juegos y las actividades recreativas.
Relación
de los educadores con los padres
Esta relación debe estar basada
en la confianza y en la seguridad que los educadores transmiten a los padres a
través de:
-
Entrevistas, que son una forma de conocer a
los padres y ver la relación que tienen con sus hijos.
- Paciencia con los progenitores, dedicando tiempo a informarles de aspectos que desconocen al principio y ayudándoles a que las entradas y las salidas sean lo menos conflictivas posibles.
- Establecimiento de límites claros a los padres desde el principio (puntualidad, ropa marcada, evitar que al principio entren en sus clases), evitando los enfrentamientos.
- Organizar horarios flexibles, para que, si es posible, el bebé permanezca en el centro menos de ocho horas al día.
- Paciencia con los progenitores, dedicando tiempo a informarles de aspectos que desconocen al principio y ayudándoles a que las entradas y las salidas sean lo menos conflictivas posibles.
- Establecimiento de límites claros a los padres desde el principio (puntualidad, ropa marcada, evitar que al principio entren en sus clases), evitando los enfrentamientos.
- Organizar horarios flexibles, para que, si es posible, el bebé permanezca en el centro menos de ocho horas al día.
Actividades
para formentar el desarrollo del bebé
En esta etapa, padres y
educadores debemos iniciar una relación personal con el bebé, haciendo hincapié
en la comunicación corporal. A modo de sugerencia, podéis divertiros con los
juegos de: aserrín, aserrán; cosquillas, caricias, cucutras, canciones, etc.
El manejo
del material de la clase también puede considerarse como un juego y pueden
empezar a hacer torres, construcciones, telas, pelotas, etc. Respeta siempre el juego libre sin dar demasiadas consignas, aprovechando
para observar su comportamiento. Procura que la comida, la siesta y los cambios
de pañal no se conviertan en algo rutinario, dado que son momentos idóneos para
establecer una comunicación individual con el bebé evitando prisas y
nerviosismos innecesarios.
Deja que
el bebé pueda manipular la comida hasta hacerse
con el nuevo objeto: la cuchara. Aprovecha los
momentos de cambio de pañal para hablarle, cantarle o nombrar las partes de su
cuerpo al tiempo que las señaláis con la mano. La siesta debe ser un momento de
relajación y tranquilidad: puedes poner música y canciones
suaves.
Fuente: www.guiainfantil.com
El primer día de jardín infantil: un evento en la vida del niño.
Adaptación al jardín infantil de niños entre 2 y 3 años
La adaptación de un niño de 2 a 3 años al jardín infantil dependerá más de la actitud del personal docente y de los cuidadores que del propio niño. Aunque tú se lo hayas dicho, tu hijo no se dará cuenta de lo que significa ir a la escuela hasta que haya probado la experiencia. El personal de la escuela estará preparado para recibirle y facilitarle la adaptación en los primeros días. Además, este trabajo de adaptación debe ser compartido con los padres del niño.
Actitudes de los educadores infantiles
- Aproximación. Al encontrarse con el niño: aproximación, respeto y afecto, sin ansiedad ni agobio.
- Conocimiento del nombre del niño con anterioridad a su llegada a la escuela.
- Creación de un clima de seguridad afectiva individual y colectiva.
- Tranquilidad ante manifestaciones de inadaptación del niño (rabietas, llantos, inapetencias), pero sin abandono.
- Atención individualizada, pero no exclusiva, sobre todo, en los momentos cotidianos de: llegadas, despedidas, comidas; entendiéndolos como momentos de gran importancia para la relación individual-afectiva con el niño, tratando de evitar prisas, agobios o nervios.
- Conocimiento de la personaidad del niño a través de una entrevista con los padres, observación del niño y de sus reacciones ante situaciones cotidianas de la escuela.
Adaptación social del niño al grupo
- Actividades. A medida que se va adaptando, los educadores se encargan de organizar actividades para que el niño se ponga en contacto con el resto del grupo: conocimiento de los nombres de los otros niños.
- Etapas. Conocimiento de la etapa evolutiva por la que atraviesa el niño, entendiendo el egocentrismo característico de esta etapa y ayudándole a superarlo por medio de actividades de grupo que fomenten el aprendizaje de compartir el material (no todo es mío), a cuidarlo y a recogerlo.
- Emociones nuevas. Los educadores intentarán que el niño canalice su agresividad en las situaciones de compartir, buscando fórmulas alternativas (no le quites este juguete a tu amigo, toma otro del estante).
- Conducta. La conducta agresiva del niño debe entenderse como una forma de relación normal a esta edad y más en el periodo de adaptación. Los límites a esta conducta se deben poner por parte de los educadores de una forma no agresiva y sin tensiones, al igual que el resto de los límites educativos que se apliquen en la escuela o centro infantil.
Adaptación del bebé al nuevo espacio
- Conocimiento del espacio-clase: objetos, adornos, muebles.
- Conocimiento del material.
- Conocimiento del aseo.
- Conocimiento del patio.
- Conocimiento del comedor.
- Conocimiento de la enfermería.
Relación de los educadores con los padres
- Dar confianza y seguridad a los padres.
- Entrevistas (también como forma de conocer a los padres y ver la relación que tienen con sus hijos).
- Las entradas y las salidas deben ser lo menos conflictivas posibles: paciencia con los padres.
- Recomendaciones y límites claros a los padres desde el principio (puntualidad, ropa marcada) evitando los enfrentamientos.
Nota: Explica siempre a tu hijo todas las situaciones nuevas que vaya a vivir: situaciones cotidianas, actividades, entrada, salida, jardín, comida o siesta.
Fuente: http://www.guiainfantil.com
sábado, 21 de enero de 2012
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